Tras la tranquilidad que aparentemente envuelve a nuestra biblioteca, ésta se encuentra rebosante de dinamismo. Conocerla entre bastidores nos puede permitir conocer todos y cada uno de los procesos a los que se someten cada uno de los libros y otros materiales que en ella se encuentran. Por ello la biblioteca no es sólo un lugar para estudiar, ni siquiera de consulta, sino que sus funciones van más allá, y eso lo podemos comprobar con una simple visita a la biblioteca de la UPO.
Conocer los procesos de adquisión y catalogación nos acercan a esta idea de la biblioteca como un ser vivo, como algo en constante cambio y en el que cada uno de sus "organos" deben estar perfectamente coordinados para su correcto funcionamiento. Así, conociendo la multitud de programas informáticos que poseen para la adquisión de publicaciones periódicas, digitalización, búsqueda de materiales, reproducción, préstamo, etcétera, podemos hacernos una idea de cuáles son sus magnitudes.
La biblioteca no se acaba ahí, en el mostrador en el que un amable bibliotecario nos facilita un libro en préstamo o nos indica dónde podemos encontrar la información que deseamos, es más, hoy día, y cada vez más, los recursos electrónicos se están apoderando de las "bibliotecas convencionales", siendo cada vez más alto el porcentaje de ellos que en nuestras bibliotecas, sobre todo universitarias podemos encontrar.
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