Comunicar la información

A la hora de presentar un trabajo, ya sea de manera oral como escrita, la forma de hacerlo adquiere tanta importancia como el propio trabajo en sí. Cada una de las partes de las que conste nuestro trabajo deben estar perfectamente estructuradas y diferenciadas y es por ello, que nadie más deben conocer tanto sobre el tema a tratar como nosotros mismo. Ésta es la única manera de realizar una labor que cumpla con todas nuestras espectativas.

En el momento en el que decidimos abordar la tarea de poner por escrito un trabajo o una simple reflexión tenemos que ponernos en la piel del lector, y facilitar su entendimiento a la vez que intentamos hacerlo atractivo. Es por ello que cada una de sus partes deben estar muy marcadas y tras la portada, dedicatoria, índice, agradecimientos, etc, el cuerpo de nuestro trabajo de contar con una introducción, un desarrollo y unas conclusiones.

A la hora de afrontar una presentación oral sobre cualquier tema, la estructura de la misma no debe distar mucho de la que acabamos de mencionar correspondiente a las presentaciones escritas pero, en este caso, adquiere una importancia inmensa el lenguaje corporal. En 93% de lo que decimos no sale de nuestra boca, y es que la expresión facial, nuestros gestos, los movimientos de las manos o nuestra posible interacción con el público, dicen mucho de nuestro estado de ánimo o de si nos encontramos cómodos con nuestro auditorio. Por supuesto nuestro lenguaje corporal debe ser acorde con nuestro discurso y por supuesto elocuente, sin nunca parecer exagerado. Pese a todas estas pautas a seguir hay algo que parece escapárse de nuestro entendimiento, el miedo escénico. Para hacer una buena presentación en público se deben controlar los nervios, ya que al sentirnos relajados, trasmitiremos a nuestro público esa sensación de tranquilidad. Tener la certeza de conocer bien el tema, nos da seguridad a la hora de afrontar posibles preguntas de nuestro auditorio, así como a mantener el temido contacto visual con el público.

Para concluir, comentar que muchas de estas técnicas están más que estudiadas y que en cualquier medio de comunicación o en cualquier discurso de un personaje público podemos atisbar cuáles son las pautas a seguir a la hora de hacer una buena presentación en público.