miércoles, 25 de enero de 2012

Evaluar la información

Como mencionamos en el post dedicado a los buscadores, la información que se encuentra en internet es inmensa, y en muchas ocasiones, ésta se encuentra desestructurada o en lo que conocemos como "internet profundo". Además esta información, a veces, no está sustentada ni apoyada bajo el nombre de ningún autor. Así, que cuando precisemos de información y acudamos a internet, sobre todo si se trata de información con base científica y para fines académicos e investigadores debemos saber cómo evaluar la información. No basta con copiar y pegar, ya que el plagio es una práctica tan ilegal como extendida en todos los ámbitos de la educación, por ello debemos dejar evidencia del lugar del que obtenemos la información que nosotros mismo tratamos.
Lo primero que deberíamos tener claro es lo que estamos buscando, ya que a través de internet y en cuestión de segundos llegaremos a mucha información que nos puede llamar la atención pero que no resulta útil para nuestro tema. Una vez que afirmemos que esa información nos es de utilidad, deberíamos incidir sobre el autor y sobre su fiabilidad. Además sería conveniente que investigáramos sobre si ese texto, artículo o libro está respaldado por alguna institución, accediendo, por ejemplo a la Red de Bibliotecas Universitarias Españolas. También deberiamos conocer el punto de vista del autor sobre el tema a tratar, y así poder evaluar si se trata de una información sesgada. Por último, sería conveniente contrastar la fecha de publicación, ya que en internet también podemos tener acceso a mucha información que ha quedado obsoleta para que nuestra investigación sea 100% fiable. El modelo Gavilán es uno de los más empleados a la hora de evaluar la información que nos llega a través de internet, y puede ser aplicable a todos las páginas web a través de una serie de preguntas que debemos hacernos cuando accedemos a ellas.

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