Como venimos defendiendo en este blog desde su creación, vivimos en una sociedad de cambios, cambios a veces drásticos en el modo de ver o de emplear un recurso, o de aplicarlo a la vida cotidiana. Me gustaría empezar este post recordando algunos de los instrumentos que tanto nosotros como nuestros profesores han utilizado para hacernos llegar su conocimiento y que en un lapso de apenas diez o quince años se han quedado obsoletos. Se me vienen a la mente las clases de Historia del arte, donde el único modo de mostrar las imágenes eran las diapositivas o las transparencias o esas clases de idiomas acompañadas por un radiocassette en un aula de 30 alumnos. Todo esto parece haber quedado en el olvido, estamos en la era de las pizarras digitales, de la comunicación profesor-alumno vía e-mail, de los ordenadores en clase, de las aulas virtuales e incluso de los exámenes vía web. Dicen que hasta los libros de texto terminarán por desaparecer tal y como los conocíamos, y que se verán reducidos a un archivo, que los alumnos podrán llevar consigo en un simple disco extraible, asi que, adiós a los males de espalda para las nuevas generaciones.
Personalmente esto último me parece excesivo. Excesivo porque en mi opinión como se aprende, o mejor dicho, se memoriza de un libro impreso no se estudia de ninguna pantalla. Creo que son medidas desmesuradas aunque ¿quién es capaz de ponerle frenos al progreso? Cierto es que las editoriales cada vez disponen de más material, tales como actividades o unidades complementarias en sus sitios web, al alcance de los alumnos.
El mundo de la educación ha cambiado, y esto es evidente en el momento en el que a un alumno que accede al 5º curso de la educación primaria se le dota con un ordenador portátil, que le acompañará, o al menos así debería ser, durante años. Tanto profesores como alumnos deben familiarizarse con este "aparato" a partir de ese momento, aunque en muchas ocasiones, la mayoría, nuestro colegios no dispongan de la infraestructura necesaria para darle la utilidad que se merecen: falta de enchufes en las aulas, conexión wi-fi insuficiente, etc. Mirando el lado positivo del asunto, este "milagro" hace que el profesor pueda jugar con numerosísimas opciones a la hora de impartir su clase, e incluso los alumnos disfrutan más. Aprenderán a entregar trabajos via web, a realizar presentaciones para el resto de sus compañeros, y sobre todo a buscar información que les sea útil, ya no solo para sus estudios sino para la vida. Los profesores pueden hacer sus clases más dinámicas y los niños son capaces a veces, de aprender mientras juegan.
Existen multitud de recursos desconocidos para la mayoría de nosotros que son empleados en las aulas. Hot Potatoes, Cmaptools, jclic, Cudernia o todas las webquest disponibles en internet sobre tantas y tantas materias son algunos de los recursos a los que los estudiantes sobre todo de E.S.O acceden cada día, y que no parecen tan útiles para estudios superiores. Me atrevo a vaticinar que ésto también irá cambiando, y que estos programas se irán poco a poco adaptando hasta asentarse a todos los niveles.